Fue un lento recorrido desde el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles hasta el Centro de Ciencias de California.
A una velocidad de sólo 3 kilómetros por hora, la nave espacial avanzó 20 kilómetros ante miles de personas.
Las autoridades de Los Ángeles tardaron año y medio en planear este trayecto que implicó cortar 400 árboles y quitar cableado, así como señalizaciones.
El traslado inició la mañana del viernes y debía culminar la noche del sábado, pero fue más complicado de lo previsto.
En algunos momentos las alas de la nave pasaron a sólo unos centímetros de edificios y árboles.